El Frente Amplio.

  Giorgio Jackson, uno de los líderes del Frente Amplio aparece como triunfante, ante los últimos resultados electorales de sus candidatos  a parlamentarios. Sus postulados revolucionarios pretenden posicionarse y calar firme en la sociedad chilena.
                                                 ¿Cuál ha sido su estrategia para conquistar tanta gente joven?, la misma estrategia que ocupó la UDI hace más de 30 años atrás, sacar mucha gente joven a la calle, en especial, en los sectores más populares. Jackson es un hombre de calle, de cara a cara, de puerta a puerta, ese es su secreto. Intelectualmente, no es muy dotado, no postula grandes ideas, ni es de aspecto agradable, sin embargo, se identifica con la gente común, con jeans y mochila, repartiendo papelitos cargados de ideologías.
                                             La ideologia es muy fácil de transmitir, basta un simple slogans, eso derrama emociones, y corazón ganado. El mérito, si es que se puede hablar de mérito en Jackson es esto, transmitir ideologías con panfletos en la calle, Eso llama la atención de la gente, atrae a los jóvenes y seduce a las masas muy poco ilustradas. Como la estrategia le fue dando resultado, se sumaron cada vez más líderes juveniles, pensando el el gran premio de las suculentas dietas parlamentarias.
                                       Lo que omiten decir los panfletos de Jackson es su sueldo. Eso no hay que contárselo a nadie, cómo es posible que un joven con mochila, jeans desteñidos, que hable de la igualdad, de la educación gratuita, posea una fortuna de millones mensuales, como son las dietas de los diputados, las que superan los 8 millones de pesos. Como el sueldo no se ve, ya que, va modestamente a la cuenta corriente, el ingenuo receptor ideológico adhiere sin condiciones.
                                       Votar por el Frente Amplio, es volver, a la década de los 70, a la guerra fría, a la dictadura marxista. La derecha puede frenar  éste avance neomarxista con las mismas armas, sacando a su gente a la calle. Eso sí, deben convencerlos que si no lo hacen, van a perder sus cómodas posiciones burguesas, porque una nueva fuente política emergente puede alcanzar el poder total, sin que logren entender el proceso sociológico de su vertiginoso ascenso.