miércoles, 18 de octubre de 2017

Libertad.

                    ¿Qué es la libertad?, una pregunta difícil de definir, pero que involucra la raíz misma del hombre. Ser hombre es casi sinónimo de libertad. El hombre por ser racional tiene capacidad de elección y deliberación. Nuestro ser racional consiste en tener capacidad de elegir por medio de nuestra voluntad racional.
                     La libertad no consiste en hacer todo aquello que se nos antoja, sino más bien, en elegir aquello que más nos conviene. Por consiguiente, la libertad humana, no es absoluta, si no condicionada hacia el bien. Esa es la clave y la razón principal de toda nuestra existencia. Elegimos siempre buscando aquello que consideramos bueno para nosotros. ¿Pero eso es así tal cuál?, ¿ cómo existen personas que atentan contra sí mismas?. Aquí nos metemos en otro problema más crucial aún, al tema de la voluntad errática, la cual involucra otros aspectos del hombre como son los sentimientos y su estado anímico.
                    Nadie elige algo pensando que es malo para uno, incluso cuando se elije erradamente se hace pensando que esa opción era la mejor. Se es verdaderamente libre cuando se elige el bien, vale decir, cuando se elige todo aquello que nos perfecciona . La perfección consiste en recibir algo que carecemos pero que al recibirlo nos complementa.
                   Por miles de años el hombre sometió a la esclavitud a otros hombres coartando su libertad. El esclavo fue considerado como propiedad exclusiva de otro hombre. El ser humano en ésta mala práctica quedó reducido al nivel de objeto.
                    Hoy en día, en nuestra época contemporánea aún sigue existiendo la esclavitud bajo otras formas de existencia, a saber ; El flagelo de la prostitución, la droga, la ideología política , sectarismo religioso y un sin fin de fenómenos sociales que coartan la libre decisión del ser humano.
                   Es hermosa la libertad cuando se la posee, y es abominable, cuando se carece de ella. Todo ser humano aspira a ser lo más libre posible, todo ser humano desea desplegar alas para poder volar más allá de lo que ven nuestros ojos en el horizonte.
                  Amar la libertad es amar a Dios, causa inicial y final de ella misma. Sólo en Dios podemos alcanzar nuestra verdadera libertad. Cuando más libre se es, es cuando elegimos un bien superior. Como Dios es el bien superior máximo por excelencia, cuando deseamos alcanzarlo, más libre somos.
                 La libertad no es una diosa, la libertad no es algo, es más bien, una cualidad privativa de todo ser racional. Para alcanzar la libertad hay que luchar por ella, hay que valorarla y cuidarla, hay que reconocerla como el bien más hermoso que Dios nos dió en cuanto a nuestra calidad de criaturas.
                Libertad no es libertinaje, libertad no es anteponer nuestro bien particular al bien común. Libertad y razón van estrechamente unidas. Mientras más racionales somos, más libres nos volvemos.
                La consecuencia del adecuado uso de la libertad es la felicidad. Somos felices cuando más libres hemos sido. Felicidad y libertad están unidas a tal punto que no puede coexistir una sin la otra.

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