martes, 3 de octubre de 2017

DEMOCRACIA, DEMAGOGIA, POPULISMO Y DEMOCRATISMO.

                   Pasé una gran parte de mi vida viviendo en un régimen político instaurado por militares. Ese gobierno de tipo militar no obedecía a ideología alguna. Surgió a raíz de la imposición de la ideología marxista que quiso imponer a la fuerza su modelo totalitario. Chile, mi país reaccionó frente a la afrenta marxista. Nuestros militares y civiles enfrentaron a un enemigo ateo que trató de imponer por medio de las armar su plan siniestro de adoctrinamiento ideológico y militar.
                   Chile fue uno de los primeros países en Sudamérica en vencer el marxismo internacional. Casi 17 años se evitó que gente inescrupulosa y avarienta asumiera el gobierno del país. En esos casi 17 años el país experimentó un desarrollo económico y social nunca antes visto en nuestra naciente nación. El país se desarrolló en infraestructura, educación, agricultura y emprendimiento. El orden y la seguridad pública fue una de las características principales del gobierno.
                      En esa fecha sólo conocí de oídos y por lectura lo que era la democracia. Escuché y me enseñaron en el colegio que la democracia era el gobierno de las mayorías. Así nació en Grecia, profesores progresistas enseñaban con cierta admiración que los ciudadanos gobernaban por medio del voto. Cuando el país elegió por sufragio popular el gobierno democrático entendí que todo lo que me decían de la democracia era falso. Lo primero que ocurrió después del gobierno militar fue que comenzó una política partidista muy afianzada en grupos de poder, los cuales designaban candidatos a dedo y los financiaban según sus propios intereses. En esas decisiones el ciudadano común y corriente no tenía nada que hacer. El simple ciudadano es un simple espectador.
               Los candidatos elegidos entre cuatro paredes por los partidos políticos empezaron sus campañas políticas prometiendo muchas cosas que nunca después cumplieron. Su demagogia se prolongó por casi 30 años llevando al país a una situación de inestabilidad e inseguridad. Los medios de comunicación sirvieron a esos candidatos para afianzar sus promesas utópicas que nunca pretendieron alcanzar. Finalmente, año tras año el principio de autoridad se fue mermando socabando hasta el extremo que se afianzo en los servicios públicos el democratismo burocrático que frenó el emprendimiento y la libertad.
                   El futuro del país es poco alentador por la corrupción ideológica de los vicios del sistema democrático. La permisibilidad y el anarquismo del gobierno y de los gobiernos están llevando al país a una situiación límite donde gobiernan en los sectores populares el narcotráfico y la delincuencia. La rreversibilidad de éste proceso destructivo no se visualiza. Lo que ocurre en Chile es parte de lo que ocurre en todas las democracias liberales de occidente. Crónica de un gran desastre a causa de la democracia liberal.
                 Nos esperan años de dolor e incertidumbre, grandes desastres se nos vienen en camino, y esto no va a cambiar si no somos capaces de retornar al principio de autoridad en vista del bien común.
                                 

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